Canadá: Un ministerio de presencia en el centro de Edmonton

Gail (nombre ficticio) vive en un barrio pobre del centro de Edmonton, enclavado en la rica provincia productora de petróleo de Alberta, al oeste del Canadá. Sufre problemas de salud mental y reside en una vivienda asistida.

En una ocasión, antes de una reunión concerniente a su vivienda a la que tenía que asistir, se dirigió preocupada al Rev. Rick Chapman del Inner City Pastoral Ministry (ICPM, ministerio pastoral de zonas urbanas deprimidas).

“Vino a mí un domingo después del culto y me dijo que tenía que presentarse ante la comisión de vivienda. Parecía tan nerviosa que me ofrecí a acompañarla”, recuerda Chapman.

Con su presencia y, a menudo, orando antes de tales reuniones, el pastor anglicano puede “caminar con los necesitados” en situaciones duras y con frecuencia difíciles. “Estas personas de otro modo podrían caer entre las grietas del sistema”, afirma. “No pueden protegerse de nuestras leyes. Por eso, camino a su lado”. Con el apoyo de Chapman, Gail pudo enfrentar la situación de su vivienda.

El ICPM es un programa de ayuda interdenominacional que desde 1978 ha proporcionado alimento espiritual y físico a las personas necesitadas de las zonas deprimidas de Edmonton. Esta asociación de iglesias luteranas, anglicanas, unidas y católicas romanas celebra cultos matutinos los domingos a los que siguen nutritivos almuerzos para más de trescientas personas. Voluntarias y voluntarios de las más de cien iglesias locales de Edmonton sirven la comida sustancial a muchas personas que de lo contrario no comerían.

Chapman es uno de tres miembros del equipo pastoral y supervisa el ministerio desempeñando una función que anteriormente realizaban pastoras y pastores de la Iglesia Evangélica Luterana en el Canadá (ELCIC, por su sigla en inglés). La ELCIC estimula las asociaciones en el seno de la comunión luterana y a nivel ecuménico como parte de los esfuerzos conjuntos por aumentar su impacto en las comunidades necesitadas.

El ICPM llega a quienes están viviendo en la mayor pobreza dentro de la comunidad. Más de la mitad de las familias que habitan los barrios que atiende el programa viven por debajo del umbral de la pobreza.

Sin embargo, no todas las personas conocen el ministerio que se desarrolla durante el resto de la semana. “Es un ministerio de presencia”, dice Chapman.

El ICPM no sólo trata de ayudar a quienes, desde la calle, hacen el esfuerzo de franquear las puertas en busca de refugio y ayuda, sino que literal y espiritualmente el programa comparte el pan diario con personas de la comunidad ofreciéndoles calor humano y compasión, cuidados y apoyo en nombre de Cristo.

Chapman explica que se trata de “construir relaciones con las personas”. Caminar con ellas cuando otras y otros pueden haberse rendido o haberlas defraudado. Él es un defensor que brinda apoyo a quienes de otro modo podían haberse caído entre las grietas del sistema.

Aunque hay muchas historias de éxito, el equipo pastoral prefiere ver su labor en términos de las relaciones que han promovido, el verdadero significado del “ministerio de presencia”.

El contacto humano, la confianza espiritual y la reafirmación que nace de esos contactos son las verdaderas historias de éxito, más que sacar a la gente “de la calle” o hacer que “superen sus adicciones”.

Canadá: Un ministerio de presencia en el centro de Edmonton

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