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HomeExploreRelatos de la FLM sobre “El pan de cada día”Islandia: colapso financiero y recuperación moral

© Árni Svanur Daníelsson / Biskupsstofa

Islandia: colapso financiero y recuperación moral

Camina con pies cansados. Ese hombre está en los cuarenta, es un contratista de la construcción que ha estado desempleado por varios meses. Se ha quedado sin trabajo por primera vez en la vida. Ha tratado de hacer de todo para enfrentar la situación. “Nunca pensé que necesitaría pedir ayuda para alimentar a mi familia,” dice.
Pedir ayuda es el último recurso de aquellas personas a quienes no alcanza la red de apoyo público en Islandia.

Desde octubre del 2008, el país ha sido devastado por la crisis crediticia global. La moneda colapsó. La economía se contrajo y el desempleo creció rápidamente. El gobierno se vio forzado a tomar el control de los tres bancos principales y finalmente a renunciar.

Las solicitudes de ayuda a la Asistencia de la Iglesia de Islandia (ICA) han aumentado en más del 300 %. La mayoría de los que vienen nunca antes habían solicitado ayuda. Muchos de ellos han quebrado.

“El desempleo es el factor más importante”, dice Vilborg Oddsdottir, trabajadora social de ICA. “En abril del 2008 recibimos la solicitud de cuatro hombres desempleados. En marzo del 2009 las solicitudes ascendieron a 46 mujeres y 213 hombres."

Las congregaciones y diaconatos del país, al igual que las autoridades eclesiásticas, han aumentado sus contribuciones al ICA. Jonas Thorisson, director de ICA, dice que las donaciones para la ayuda interna nunca han sido mayores. “Pero la necesidad sigue aumentando en la capital y en todo el país, y los pastores son nuestro contacto para la ayuda.”

En Reykiavik, la Cruz Roja abrió un centro para las personas desempleadas. Las y los pastores y diáconos se ofrecen voluntariamente y dan consejería pastoral. En otras áreas, las congregaciones han abierto centros de asistencia.

Islandia había disfrutado de años de alza de ingresos y altos ritmos de crecimiento, en no poca medida debido a la deuda externa que llegó a superar en diez veces el PIB anual nacional. Por esa misma razón, el país ha sido duramente golpeado por el colapso financiero global.

En una población de 320.000 habitantes, es fuerte el sentimiento de inseguridad, de ira y de desconfianza. Frente a las evidencias de riesgos excesivos y la mala administración de las instituciones financieras, muchos se cuestionan las bases morales de la prosperidad financiera. ¿Por qué la sociedad se dejó arrastrar de ese modo por el éxito material y la ganancia financiera?

Pastoras y pastores ven cambios en el espíritu de la nación que se manifiestan en una mayor asistencia a las iglesias, específicamente a las escuelas dominicales y a las reuniones de padres con hijos pequeños. Llegó la hora de una reflexión juiciosa

En un sermón radial en el que se exhortaba a la nación a cuidar de las personas más afectadas, Karl Sigurbjornsson, el obispo de Islandia, dijo: “Esta es la hora de mostrar amor y apoyo mutuo y de velar por nuestros mejores valores. Los fondos que tenemos en nuestro tesoro espiritual y moral —como el cuidado, el amor, la fe y la oración— son fuertes y deben prevalecer cuando otros nos fallan.”

El Obispo Karl también señala la importancia de honrar los compromisos en el exterior, especialmente en trabajo para el desarrollo.

Mientras que muchas familias están seriamente afectadas, la crisis también saca lo mejor de muchos islandeses que han respondido al llamado del obispo, ofreciéndose como voluntarios para trabajar en organizaciones de ayuda y haciendo donaciones donde les sea posible.

El trabajo, el hogar y la seguridad —todo lo que se daba por sentado— son ahora una razón para compartir la gratitud y las bendiciones.

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