Peter Stoll, tesorero de la Federación Luterana Mundial (FLM), se dirige a los y las periodistas el 21 de julio en una conferencia de prensa durante la Undécima Asamblea de la FLM, 20-27 de julio de 2010. © FLM/Erick Coll
21.07.2010
“Ha llegado la hora de reestructurar”
Una buena mayordomía exige cambios en la Secretaría, según el Tesorero de la FLM
STUTTGART, Alemania, 21 de julio de 2010 (LWI) – Ahora es el momento de reestructurar financieramente la sede central de la Federación Luterana Mundial (FLM), dijo en esta ciudad Peter Stoll, tesorero de la FLM, en su informe a la Undécima Asamblea. Todos los departamentos han afrontado déficits económicos, dijo, e instó a un esfuerzo para lograr presupuestos equilibrados.
El Tesorero pidió a la Asamblea que considerara descentralizar el trabajo de la sede central para “crear más sinergía con los recursos de las iglesias miembro o las regiones”. También propuso reestructurar las siete regiones de la Federación y todos los departamentos y oficinas de la FLM en Ginebra, Suiza, donde la organización tiene su sede desde su fundación en 1947.
Stoll hizo hincapié en que los cambios no deberían estar motivados únicamente por razones económicas. La reestructuración ha de estar vinculada a una clara reflexión estratégica sobre las tareas de la FLM en el mundo y los recursos disponibles.
Por ejemplo, señaló que la Undécima Asamblea costaría unos 2,3 millones de dólares estadounidenses y sugirió que las futuras asambleas fueran coordinadas con otras organizaciones ecuménicas, no solo por cuestiones financieras sino para fomentar la cooperación entre las iglesias.
Stoll informó que el presupuesto anual de la Secretaría de la FLM es de aproximadamente 100 millones de dólares, excluyendo los presupuestos de los programas nacionales asociados del Departamento de Servicio Mundial (DSM). “Ese dinero se nos confió para la sanación del mundo”, dijo, “debemos ser buenos mayordomos”.
El Tesorero instó al nuevo Consejo de la FLM a intentar conseguir que la Organización Internacional de Normalización (ISO), un organismo de acreditación, certificara sus políticas de gestión. En la actualidad, el DSM ya está obteniendo algunas certificaciones.
“Hoy somos testigos del ritmo acelerado de la globalización”, dijo Stoll. “Nos vemos confrontados/as a nuevas y crecientes dificultades para nuestras iglesias. Tenemos que cumplir nuestra labor en condiciones financieras que cambian o se deterioran rápidamente”.
Por esta razón, la FLM y sus iglesias miembro deben concentrarse en “ser una comunión, mantener nuestra misión y nuestra visión, y estar dispuestas a ser suficientemente flexibles para adaptarse a los contextos y condiciones del mundo actual”.
Las políticas de inversión de la FLM reflejan sus convicciones religiosas
La FLM realiza inversiones por valor de aproximadamente 65 millones de dólares que son gestionadas conforme a los principios éticos aprobados por el Consejo, según explicó Stoll a la Asamblea. “Dios crea y sustenta todo ello y nos llama a obrar por la justicia, la paz, la dignidad y comunidades sostenibles para todos/as.”
Añadió que la manera en que la FLM invierte su dinero y responsabiliza a las empresas de sus prácticas debería reflejar sus convicciones religiosas. Al invertir éticamente, la Federación está siendo un mayordomo responsable “de lo que Dios ha creado y nos ha confiado”.
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