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HomeExperienciaAcción en relación con los MenonitasLa importancia de la acción

© FLM/A. Danielsson

Comentarios de participantes

Una de las principales acciones de la Asamblea fue la adopción de una declaración pidiendo perdón a los menonitas por la persecución luterana de los anabautistas en el siglo XVI y por el legado de esas condenas hasta el día de hoy. Aquí, delegados comentan sobre el significado de esta acción para sus iglesias y relaciones ecuménicas.

Rev. Alan Eldrid © FLM/Luis E. Ramírez

Rev. Alan Eldrid | Delegado

Pastor Presidente, Iglesia Evangélica Luterana Unida (Argentina y Uruguay)


En nuestra región esta acción es como cerrar una brecha histórica heredada, porque en Latinoamérica la Iglesia Menonita es una iglesia más, vinculada a nuestras propias raíces. Entonces es como que de pronto heredamos de Europa toda esta carga, tan dura,  cuando en lo local colaboramos y hacemos cosas juntos.

Para nuestras relaciones ecuménicas es un gran paso. Como comunión luterana, poder revisar la historia y no verla de modo fundamentalista, cerrada e idealizada, nos permite recibir este perdón de parte de la comunidad menonita. Y al recibirlo, podemos seguir replanteándonos y haciendo una lectura crítica de nuestra propia historia y de aquellos que aparecen como “héroes” y son seres humanos dentro de su propia cultura.

Obispa Victoria Cortéz Rodríguez © FLM/Luis E. Ramirez

Victoria Cortéz Rodríguez | Ex oficio (vice-presidente saliente)

Obispa, Iglesia Luterana en Nicaragua


Personalmente es algo muy profundo que nos toca el corazón. Porque verdaderamente nosotros en la actualidad sabíamos muy poco de este sufrimiento de los hermanos anabautistas, entonces esta acción nos permite conocer algo más de nuestra historia.

Para nuestra iglesia es algo muy positivo, porque es el perdón puesto en práctica. Cuando hablamos de perdón, que es una palabra tan difícil, es bueno ver en la práctica cómo podemos expresar el perdón a través de un acto como el que nosotros hemos visto en esta Asamblea.

Para el movimiento ecuménico en general, pienso que es un paso fantástico. Los luteranos en general somos ecuménicos y este paso es muy fuerte para el movimiento ecuménico. Significa: perdonémonos los unos a los otros así como también amémonos los unos a los otros.

Ernst Bergen | Visitante

Tesorero, Conferencia Menonita Mundial (Paraguay)


Para mí personalmente hoy fue un día histórico. Me siento realmente honrado y privilegiado de poder asistir a un acto tan importante como es la reconciliación entre la Iglesia Luterana y la Iglesia Menonita. Estoy consciente de que esto ha llevado mucho tiempo, que ha merecido muchas oraciones y tomado muchas reuniones pero hoy pudimos ver el fruto: hemos sentido en el corazón el obrar de Dios, hemos visto como entre hermanos podemos perdonarnos.

Para nuestras iglesias y para el movimiento ecuménico pienso que es un gran ejemplo. Este acto significa que Dios está obrando. Creo que tenemos el privilegio de ser parte de la historia de la reconciliación. Y creo que puede servir como un ejemplo para buscar otros procesos de paz, comenzando por nuestras iglesias, en las cuales tenemos asuntos y motivos para perdonarnos mutuamente. El enfrentamiento y la destrucción a la larga no son el camino.

Guillermina Chaparro Bermúdez © FLM/Luis E. Ramírez

Guillermina Chaparro Bermúdez | Delegada

Pastora Presidenta, Iglesia Evangélica Luterana en Venezuela


Personalmente veo un ejemplo de que los luteranos y luteranas, los menonitas y todos los cristianos y cristianas debemos reconsiderar nuestros pecados, y pedir perdón y dar perdón. Estoy muy emocionada porque hemos recordado esa historia tan dolorosa pero la hemos recordado con base en el perdón y la reconciliación.

Para mi iglesia es muy importante porque, como en todas las iglesias o en la mayoría, siempre tenemos rupturas, pequeños o grandes problemas que debemos considerar con ese sentimiento de búsqueda del perdón, de pedir y de conceder perdón.

En el movimiento ecuménico debemos buscar encontrarnos como iglesias reconciliadas, si es que tenemos problemas con alguna, pero sobretodo entender que la palabra de Cristo es de reconciliación y que para eso entregó su vida: para el perdón y la  reconciliación. Las iglesias necesitan trabajar juntas para poder diseminar esa semilla de fe, esperanza y perdón también en la sociedad.

Obispo Eduardo Martínez Díaz © FLM/Luis E. Ramírez

Eduardo Martínez Díaz | Delegado

Obispo Presidente, Iglesia Evangélica Luterana de Colombia


Personalmente, este proceso que ha llevado a cabo la Iglesia Luterana me ayuda a pensar de manera más crítica sobre mi propia tradición en dos sentidos: para no pensar que todo en la historia fue tan loable como uno quisiera; pero también para reconocer que en el presente vamos asumiendo el valor de reconocer los errores, asumirlos y seguir adelante. Esa es la lección que personalmente me llevo.

Como iglesia en Colombia, creo que nos hace más conscientes del papel y la posibilidad que tenemos de ayudar a la reconciliación del país. Si las iglesias somos capaces de reconocer nuestra historia común, con lo bueno y con lo malo, y de estrechar lazos de fraternidad, de tener gestos como éste de pedir perdón públicamente y recibir el perdón y reconciliarnos, esto es un mensaje para una sociedad como la colombiana, que tanto necesita la reconciliación.

Para el movimiento ecuménico es un desafío claro y fuerte. La verdad es que históricamente las iglesias nos hemos hecho heridas en el pasado que a veces no permiten que nuestras relaciones sean más sinceras y fuertes.  Esto que estamos haciendo luteranos y menonitas, reconocer esas heridas que nos hicimos en el pasado y perdonarnos, nos permite caminar con más confianza y sinceridad. Creo que éste es un mensaje para el mundo ecuménico.

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