Steward Sergio Eloy Rios Carrillo from the Nicaraguan Lutheran "Faith and Hope" Church making music during the closing eucharistic service in Stuttgart's Stifskirche. © FLM/Luis E. Ramírez
26.07.2010
CRÓNICA: Jóvenes de América Latina y el Caribe activos en Stuttgart
La Asamblea de la FLM les permite poner sus preocupaciones sobre el tapete
STUTTGART, Alemania, 26 de julio de 2010 – Los delegados y las delegadas jóvenes y ujieres de la Undécima Asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM) encuentran en el evento internacional la oportunidad de compartir sus expectativas y poner sus preocupaciones sobre el tapete para discusión.
Hay 16 jóvenes  provenientes de la región latinoamericana y caribeña participando en la  Asamblea que se celebra del 20 al 27 de julio en Stuttgart, Alemania.  Allí tienen la oportunidad de interactuar con alrededor de mil  participantes provenientes del mundo entero, entre ellos unos 400  delegados y delegadas, convocados bajo el tema “Danos hoy nuestro pan de  cada día”.
Sergio Ríos vino de Nicaragua para servir como ujier  (steward) y forma parte del grupo que coordina los devocionales. “Los  temas que se han tocado son muy importantes para los países que han sido  afectados por el cambio climático y la búsqueda del pan cotidiano”,  dice.
Para el joven nicaragüense, el mensaje de la Asamblea “es  un llamado a la iglesia, los pastores y los líderes, para que trabajen e  incidan en políticas públicas para cambiar la situación en que la gente  se encuentra, sobre todo en los países latinoamericanos”.
El  chileno Alfredo José Cobo Oberpaur, que también es ujier, apreció mucho  la preasamblea juvenil que tuvo lugar en Dresde del 10 al 17 de julio.  No solo fue un tiempo de preparación para la Asamblea, sino también una  oportunidad de unión entre el grupo que enriqueció a los y las  participantes.
“La asamblea en sí me ha parecido buena, un poco  larga, eso sí, pero los temas que se tratan son de importancia mundial,  así que encuentro bien que se discutan y se traduzcan en programas y  propuestas para que nuestra iglesia aporte en este sentido, local y  globalmente”, afirmó. 
Todo el trabajo de la Federación toma en  cuenta un balance de representación entre hombres y mujeres, jóvenes,  laicos/as y ordenados/as. De esa manera la presencia joven está  garantizada. El Consejo saliente de la FLM, cuyo mandato se extendió  entre las asambleas de Winnipeg y Stuttgart, tuvo en la persona de  Alfonso Corzo de Colombia, una voz y voto juvenil de la región  latinoamericana y caribeña.
Corzo, quien participa en la Asamblea  como miembro del Consejo saliente, entiende que “el pan cotidiano debe  tener sostenibilidad en la realidad en que nosotros vivimos”, lo que  requiere que “no solamente nos den el pan sino que nos enseñen a  pescar”.
La diversidad de la región latinoamericana y caribeña se  expresa entre otras cosas en los idiomas de los y las participantes.  Hay delegados jóvenes de Brasil que hablan portugués, una delegada de  Suriname que habla inglés, mientras las demás personas en su gran  mayoría hablan castellano.
Cristina Mora, de Costa Rica,  participó en una Reunión pública de información y debate sobre deuda  externa ilegítima. En ella presentó una denuncia sobre corrupción y mal  uso de los recursos presupuestarios del área de la salud en su país.
“Lo  más importante para mí ha sido poder descubrir lo que piensan jóvenes  de tantos países sobre temas como el VIH y el SIDA, la diversidad  sexual, el cambio climático y la deuda ilegítima”, dice Mora.
Para  ella, ese descubrimiento “ha sido muy interesante, porque creemos que  todos pensamos lo mismo porque somos jóvenes, pero realmente no es así.  Todos tenemos un pensamiento diferente. Es importante conocer que  existen otros métodos de trabajo y así conocerlos y poder intercambiar  ideas de trabajo también”.
Daniëlle Dokman, de Suriname, sabe que  su idioma, el inglés, es minoritario en la región latinoamericana y  caribeña, pero se siente aceptada y respetada en todas las discusiones.
Sobre  el tema de la Asamblea ella tiene una posición muy clara: “Podemos  ayudar a otros y a nosotros mismos a recibir lo que necesitamos para  sobrevivir y seguir adelante en nuestras vidas. Hemos aprendido la  importancia de compartir unos con los otros todo lo que tenemos y ser  una comunión. Es por eso que estoy aquí”.
La Iglesia Evangélica  de Confesión Luterana en el Brasil, que con más de setecientos mil  miembros es la mayor de la región, está representada por jóvenes ujieres  y una delegada joven, Débora Ludwig. Ella ve en el acontecimiento una  oportunidad que va más allá de simplemente conocer otras personas,  culturas e idiomas.
“No solamente esta semana aquí en Stuttgart  sino también en la preasamblea de la juventud en Dresde, tuvimos una  oportunidad muy enriquecedora de hablar sobre nuestros problemas y  ponerlos sobre el tapete para discusión, para que se conozcan las  preocupaciones de la juventud luterana hoy”, dice Ludwig.
Sin  duda, la región latinoamericana y caribeña de la comunión luterana  tendrá en estos y estas jóvenes una fuerza motora para seguir trabajando  en sus iglesias miembro cuestiones vitales para su manera de vivir el  testimonio cristiano en sus diferentes realidades, no solo de idioma,  sino de cultura y práctica de la fe. (800 palabras)


 
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