Hemos visto “el perdón puesto en práctica”, dijo Victoria Cortéz Rodríguez, Obispa de la Iglesia Luterana en Nicaragua, esto es “un paso fantástico” para el movimiento ecuménico. © FLM/Luis E. Ramirez
23.07.2010
CRÓNICA: Participantes de América Latina saludan “histórica” reconciliación
Comunidades menonitas y luteranas miran juntas al pasado — y al futuro
El carácter histórico y ejemplar del acto de reconciliación entre las comuniones luterana y menonita que tuvo lugar en Stuttgart ayer fue puesto de relieve por participantes provenientes de América Latina. Es un mensaje para el movimiento ecuménico, afirman.
“Para mí personalmente hoy fue un día histórico”, dijo Ernst Bergen, un menonita paraguayo que es Tesorero de la Conferencia Menonita Mundial. Bergen comentaba el solemne acto de reconciliación que tuvo lugar en la Undécima Asamblea de la Federación Luterana Mundial que se celebra en Stuttgart, Alemania, del 20 al 27 de julio.
Durante el mismo, la Asamblea luterana unánimemente pidió perdón por la persecución luterana de la comunidad anabautista en el siglo XVI. Representantes de la Conferencia Menonita Mundial venidos a tal efecto aceptaron el gesto de arrepentimiento y expresaron palabras de perdón.
“Estoy consciente de que esto ha llevado mucho tiempo, que ha merecido muchas oraciones y tomado muchas reuniones pero hoy pudimos ver el fruto: hemos sentido en el corazón el obrar de Dios, hemos visto como entre hermanos y hermanas podemos perdonarnos”, agregó Bergen.
En su “Acción en relación con el legado de persecución luterana a la comunidad anabautista”, la Asamblea luterana pidió perdón “por el daño que causaron en el siglo XVI nuestros antepasados a la comunidad anabautista”, por “olvidar o ignorar esa persecución durante los siglos subsiguientes”, y por el uso por parte de autores/as luteranos/as de “calificativos impropios, falaces o hirientes” aplicados a anabautistas.
Para Victoria Cortéz Rodríguez, Obispa de la Iglesia Luterana en Nicaragua y vice-presidente saliente de la FLM, se trató de “algo muy profundo que nos toca el corazón”. Hemos visto “el perdón puesto en práctica”, dijo. Cortéz piensa que la reconciliación luterana-menonita es “un paso fantástico” para el movimiento ecuménico.
Coincidió con Cortéz el Obispo Eduardo Martínez Díaz, Presidente de la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia, quien ve en el acto de reconciliación “un desafío claro y fuerte”. La verdad es, dijo Martínez, que “históricamente las iglesias nos hemos hecho heridas en el pasado que a veces no permiten que nuestras relaciones sean más sinceras y fuertes”. “Creo que éste es un mensaje para el mundo ecuménico”, agregó.
El solemne acto de pedido y otorgamiento de perdón en Stuttgart fue coronado por un emotivo culto de arrepentimiento. En él, los/as participantes en la Asamblea luterana y los/as invitados/as menonitas reflexionaron sobre el doloroso pasado y escucharon testimonios sobre las persecuciones, incluyendo el impacto de las mismas sobre las comunidades menonitas.
Perdón mutuo
Hablando en una conferencia de prensa el día siguiente, el Presidente de la Conferencia Menonita Mundial, Rev. Danisa Ndlovu, de Zimbabwe, sostuvo que “mas allá de cuanto ocurrió en el pasado, hemos llegado a un punto en el que nos hemos perdonado mutuamente”.
Preguntado sobre qué debía perdonar la comunidad luterana, que fue la persecutora, a la anabautista, que fue la perseguida, Ndlovu afirmó: “Todos nosotros tenemos actitudes y percepciones equivocadas unos respectos de los otros.” En el caso de la comunidad anabautista, Ndlovu sostuvo que la autopercepción “como víctimas lleva a mirar al otro desde una perspectiva equivocada”.
La Acción adoptada por la Asamblea luterana expresa “un profundo sentimiento de dolor y pesar” por la persecución ejercida contra los y las anabautistas y, sobre todo, “por el hecho de que los reformadores luteranos hubieran apoyado teológicamente esa persecución”.
En el siglo XVI, en el marco del vasto y multifacético movimiento reformador de la época, los anabautistas –literalmente, rebautizadores–, adherentes a concepciones más radicales que los ‘padres’ de la Reforma Protestante sobre todo en materia de separación de iglesia y Estado, de no violencia y bautismo de infantes, fueron objeto de persecuciones en muchas regiones de Europa.
Esas persecuciones causaron la muerte de muchas de las personas perseguidas, así como la prisión, el exilio forzado y el despojo de muchísimos otros y otras. La memoria de esas persecuciones y martirios, olvidada durante mucho tiempo en la tradición luterana, fue conservada hasta hoy y es un componente significativo de la identidad menonita y anabautista.
Una Comisión Internacional de Estudio Luterana-Menonita creada por la FLM y la Conferencia Menonita Mundial trabajó sobre esta historia entre 2005 y 2009. Acuerdos previamente alcanzados en Francia, Alemania y los Estados Unidos sirvieron de base a esos trabajos, que resultaron en un informe titulado “La sanación de las memorias: Reconciliación por medio de Cristo”.
Este informe es la primera narrativa en común de los hechos que marcaron la relación entre luteranos/as y anabautistas durante la Reforma del siglo XVI. El informe fue aprobado por el Consejo de la FLM en 2009 y constituye la base de la Acción adoptada por la Asamblea de Stuttgart.
“Si una persona tiene una herida puede ir al médico y curarla”, dijo el secretario general de la FLM Rev. Ishmael Noko hablando en la conferencia de prensa. “Lo que hemos hecho ayer ha sido más que curar una herida, hemos sanado las memorias de los hechos que produjeron esa herida”, agregó. “Uno no comparte lágrimas a menos que algo se haya movido en el alma.”
“No se puede cambiar el pasado”, dice en sus conclusiones el informe de la comisión mixta de estudio, “pero podemos cambiar la manera en que se recuerda el pasado en el presente. Abrigamos esta esperanza. La reconciliación no es solamente mirar hacia atrás, al pasado; más bien, dirige la mirada a un futuro común.” (890 palabras)
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