Miembros del coro Betseranai, de la Iglesia Evangélica Luterana en Zimbabwe, cantan al comienzo de la reunión pública de información y debate de la Undécima Asamblea. Las veinte personas que integran el coro viven con el VIH. © FLM/J. Latva-Hakuni

26.07.2010

Las iglesias ya están respondiendo al VIH y SIDA, pero deben intensificar sus esfuerzos

Es en las tareas de prevención donde se necesita mayor acción de las iglesias

STUTTGART, Alemania, 26 de julio de 2010 – La injusticia, la pobreza, el estigma y la discriminación incrementan el sufrimiento de las personas más pobres y desfavorecidas de entre las afectadas por el VIH y el SIDA, en especial mujeres y jóvenes. Por ello hace falta una acción más decidida de parte de las iglesias.

Tal fue el mensaje central de una sesión de información y debate en la Undécima Asamblea de la Federación Luterana Mundial (FLM). En ella, los/as alrededor de mil participantes, incluyendo unos 400 delegados y delegadas de iglesias miembro, escucharon historias de vida de personas de América Latina, África, Asia y Europa.

La Asamblea tiene lugar en Stuttgart, Alemania, del 20 al 27 de julio. Su tema es “Danos hoy nuestro pan de cada día”.

El Dr. Veikko Munyika, coordinador de la campaña contra el SIDA de la FLM, compartió estadísticas alarmantes acerca del continuo aumento del VIH y el SIDA. Por cada persona que empieza a recibir un tratamiento capaz de salvarle la vida, hay cinco nuevas infecciones por VIH.

“Nuestras iglesias tienen algunos programas hermosos, pero parece que tenemos que hacer más, especialmente en la esfera de la prevención. Pido a las iglesias miembro que se unan en la intensificación de los esfuerzos hacia la sensibilización y promoción sobre el VIH y el SIDA”, dijo Munyika.

Vivir y cantar con VIH

“Me infecté con el VIH en mi propia casa. Yo no salí a buscarlo”, dijo Ros Mary Rincón Hernández, de Colombia. Rincón perdió a su esposo y dos hijos por el SIDA y tuvo que reorganizar su vida con todo lo que implica asumir el diagnóstico de ser VIH positiva.

Rincón vive con el VIH desde hace 12 años. “Hubo mucho sufrimiento pero hoy me encuentro en esta nueva primavera en la cual Dios me permite vivir con mucho color y con más intensidad”, dijo.

Trayendo consigo la experiencia de reconciliación y perdón con Dios, consigo misma, con sus padres y con la sociedad en general, el testimonio de Rincón es de empoderamiento. Ella ha sido capaz de recuperar los derechos que le habían sido arrebatados, incluyendo una nueva familia, nuevos amigos, formación académica y crecimiento espiritual.

Rincón afirma que hay mucho por hacer. Y que las iglesias pueden contribuir a reducir el estigma y la discriminación, así como incidir en las políticas públicas de educación, prevención y cuidado de las personas viviendo con VIH o SIDA. “Mi deseo es que las iglesias trabajen en la prevención de la infección por VIH, involucrando directamente a personas infectadas, ya que así este tipo de acciones tienen más impacto”, dijo.

El coro zimbabwense Betseranai, de la Iglesia Evangélica Luterana en Zimbabwe, utilizó sus voces para transmitir a la Asamblea mensajes sobre el VIH y el SIDA. En la canción compuesta por el director Paul Maphosa, “Detener el SIDA - Mantener la promesa”, el coro pidió a los/as dirigentes de la iglesia que mantengan las promesas que han hecho para luchar contra el SIDA.

Las veinte personas que integran el coro viven con el VIH. Cantan sobre los problemas y desafíos de vivir con la enfermedad. “Estamos aquí¬ para poner un rostro a la infección por el VIH”, dijo un miembro del coro. “Por medio de la música, el coro quiere concienciar sobre el VIH y el SIDA. En las zonas rurales, la enfermedad conduce a la injusticia, la pobreza, la estigmatización y la violencia por razón de género. Las mujeres y las niñas se ven especialmente afectadas”, agregó. (575 palabras)

26.07.2010

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